EVANGELIO DEL DÍA - JUEVES DE LA QUINTA SEMANA DE PASCUA

Evangelio Jn 15, 9-11

Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud

✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud». Palabra del Señor.

Reflexión

El amor es la forma que tiene el ser humano de captar la verdadera esencia de la realidad. Es esa forma peculiar que tiene el ser humano de captar el devenir del universo. A partir de esta percepción propia de nosotros, se genera la dimensión espiritual.

Jesús es una persona que dejó pasar esta energía, la sintió resonar en su interior y la actuó con sus discípulos. Al encarnarla de forma concreta, la hizo visible a través de sus efectos: empatía, amistad, cariño, compartir...

Jesús pide a sus discípulos que tomen conciencia de esta íntima relacion entre la verdad última de las cosas y esos pequeños gestos que podemos realizar en nuestra vida cotidiana. Permanecer en su amor es una invitación a reconocer que nuestra existencia es la posibilidad que tiene el universo de encarnar este amor de una forma concreta. Cuando el amor se encuentra con la existencia, la transforma en vida. Llamamos "vida" a una existencia atravesada por el amor. Cuando a veces exclamamos: "¡esto no es vida!", estamos admitiendo implícitamente que: "¡aquí no hay amor!".

Jesús nos revela para qué hemos venido al mundo. Cada uno de nosotros tiene el poder de envolver de amor todo lo que es traído a la conciencia. No es un proceso espontáneo, requiere siempre la activación de la intencionalidad. Cuando esto sucede, experimentamos la plenitud de la vida.