tiempo estimado de lectura : 1
20 Nov
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY

Jesús no da indicaciones ni respuestas, sino que hace una pregunta: "¿Qué quieres que haga por ti"? Podría parecer una petición inútil: ¿Qué puede desear un ciego si no es la vista?. Nuestra ceguera, nuestras limitaciones pueden convertirse en una oportunidad de verdadera conversión y testimonio. Para pedir, debemos ser conscientes de nuestras carencias, pero también tener fe y esperanza en que nuestra petición puede ser atendida.

Este ciego se dirige a Jesús con fe, con pasión, grita, sabe lo que quiere, no por presunción o egoísmo, sino porque con fe y esperanza se confía a Aquel que todo lo puede. Es consciente de su condición, pero esta conciencia no lo encierra en la autocompasión y la tristeza, sino que lo abre al deseo humilde de confiarse.

Si la petición nace de la fe y de la confianza, cuando es concedida se abre a la alabanza y nuestra alegría se convierte en testimonio contagioso de que el Amor es grande.

Fr. Enrique OFM. 

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO