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06 Jan
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY

Venimos a adorar al Rey
La liturgia de hoy nos lleva al momento feliz en que los Magos, tras un largo viaje, encuentran a Jesús y le ofrecen el oro que merece como Rey, el incienso que reconoce su divinidad y la mirra que honra su humanidad. Es la confesión de la fe ante el misterio de nuestro Dios que se manifiesta hecho hombre, hecho niño. Tras haberse revelado a María y a José, a los ángeles y a los pastores, se muestra hoy a los gentiles, a los que le buscan.
El Papa Francisco ha dejado escrito que “una gran alegría invade a los Magos ante el Niño Rey. No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas a adorarlo”. Participamos de esa fe reverente de los Magos en la Eucaristía con la alegría de los niños que hoy disfrutan sus regalos. Dios también se nos regala para que vivamos felices.
El texto de Isaías y la carta a los Efesios revelan una perspectiva universalista de la salvación divina. En Isaías, Jerusalén se convierte en el punto de encuentro de todos los pueblos y culturas para encontrar la luz de Dios, rompiendo con un nacionalismo religioso y mostrando a Dios como un ser para toda la humanidad. A su vez, en Efesios, se destaca el misterio revelado a Pablo para llevar el evangelio a todas las personas, mostrando que la gracia de Dios no está restringida a una cultura o grupo específico, sino que se ofrece a todos, sin importar su origen o religión. Estos textos enfatizan la visión inclusiva de la fe y la misión de llevar el mensaje de salvación a todos los rincones del mundo.
Evangelio: Mateo (2,1-12): La estrella de la salvación de la humanidad entera¡ Atentos a los signos de Dios! Los Magos vieron una estrella nueva en el firmamento, y ésta suscitó su interés y su búsqueda. Fue un signo que Dios les envió y no lo dejaron pasar sin más, sino que descifraron su sentido y se pusieron en marcha. En efecto, el año 7 a.C. se efectuó la conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación Piscis. Júpiter representaba la soberanía universal, Saturno era la estrella del pueblo judío, y Piscis significaba el fin de los tiempos. Conclusión: en Judea ha nacido el rey universal, en la plenitud de los tiempos. ¡Atención, reflexión, acción! Hemos de estar atentos porque Dios va sembrando, día tras día, no pocos signos de su presencia y de su amor eficaz, en la pequeña realidad de nuestra vida y en los diversos acontecimientos de la historia local, nacional o internacional. Hemos de reflexionar porque se trata de signos, no de evidencias, y porque los signos por su misma naturaleza remiten a otra realidad más allá de ellos mismos. Una vez interpretado correctamente el signo, hemos de pasar, de la atención y de la reflexión a la acción, para que el signo de Dios fructifique en la tierra de los hechos concretos. Dios sigue hoy hablando al hombre con palabras y con acciones, quizás lo que suceda es que los hombres no estamos preparados para descifrar su lenguaje. Los mártires del siglo XX, ¿no son un signo de Dios? Dos millones de jóvenes reunidos en Roma para la Jornada Mundial y el Jubileo de la Juventud, ¿no es acaso una palabra significativa que Dios nos dirige? ¿Y los Movimientos eclesiales? ¿Y el renacer del espíritu religioso y del ansia de trascendencia?...
Un mundo con algo que ofrecer a Dios. Cada año los cristianos celebramos la Navidad, la Epifanía. Dios se nos da, pequeño e impotente, sobre un pesebre o en manos de su Madre, María. Se nos da como Salvador, como Amor, como camino de vida, a todos sin excepción. ¿Qué ofrece, en cambio, el mundo al Salvador? ¿Qué le ofrecemos nosotros, cada uno de nosotros? ¿Tiene el mundo un poco más de paz que ofrecer a quien es llamado el "príncipe de la paz"? ¿Tiene el mundo algo más de solidaridad para con los más necesitados, sean individuos o naciones, para ofrecer a quien quiso hacerse en todo solidario con los hombres, menos en el pecado? ¿Ofrece el mundo más pan a los que tienen hambre, más medicinas a los que están enfermos, más ayuda para la educación a quienes no tienen posibilidades, sabiendo que "cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños conmigo lo hicisteis"? ¿Cuenta el mundo con más verdad, más honestidad, con más justicia para quien es la Verdad, para quien es el Justo por excelencia? El mundo, cada nuevo año, puede ofrecer muchas cosas buenas a Dios. Cada uno de nosotros es parte de ese mundo, y puede y debe contribuir para ofrecer "algo" a Dios.


ORACIÓN:

Dios todopoderoso, en este día de la Epifanía del Señor, te agradecemos por revelarnos tu amor a través de Jesús, tu Hijo amado. Al igual que los sabios que siguieron la estrella, guía nuestros corazones hacia ti. Permítenos reconocer tu presencia en cada rincón de nuestra vida y recibir tu luz con alegría. Que esta celebración nos inspire a compartir tu amor con generosidad y humildad. Amén.

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