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13 Feb
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY

Evangelio Mc 8, 14-21.

Evitad la levadura de los fariseos y de Herodes.

✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos.      

EN aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que un pan en la barca. Y Jesús les ordenaba diciendo: «Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes». Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes. Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». Ellos contestaron: Doce. ¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?
Le respondieron: Siete. El les dijo: ¿Y no acabáis de comprender? Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio, Jesús advierte a sus discípulos sobre la "levadura" de los fariseos y Herodes, simbolizando la influencia negativa y la falta de comprensión espiritual. Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre las actitudes y mentalidades que pueden contaminar nuestra fe.

Santa Teresa de Ávila nos recordaría la importancia de la pureza de intención en nuestra vida espiritual. Así como evitamos la levadura en la masa, debemos purificar nuestros corazones de motivaciones egoístas y mundanas. La oración y el examen de conciencia son herramientas para mantener nuestra fe auténtica.

San Juan Pablo II señalaba que la falta de comprensión de los discípulos refleja una ceguera espiritual. En nuestra vida diaria, ¿somos conscientes de las múltiples maneras en que Dios se revela y actúa a nuestro alrededor? La apertura a la realidad divina requiere agudeza espiritual y humildad.

En situaciones cotidianas, como compartir alimentos, Jesús nos muestra su abundancia y generosidad. ¿Hemos experimentado su provisión en nuestras vidas? Este evangelio nos desafía a recordar y reconocer las veces que Dios nos ha bendecido, superando nuestras limitaciones.

En última instancia, la comprensión profunda de este pasaje nos lleva a cuestionarnos: ¿Estamos dispuestos a dejar de lado las preocupaciones mundanas y abrir nuestros corazones a la verdad espiritual que Jesús nos ofrece? Que este mensaje nos inspire a una fe más profunda y a compartir la abundancia divina en nuestras vidas.

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