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10 Nov
Reflexión del evangelio de hoy

Si hay algo bello en el Evangelio es que no puede ser de ningún modo esquematizado o reducido a una filosofía o a un sistema ético. Es una colección de historias, y por tanto llena de contradicciones; una parte puede confirmarnos en una idea, y aquí viene otra que inmediatamente la pone en crisis. Es el dinamismo mismo de la vida, en la que avanzamos a pasos agigantados y hacia atrás, a intentos, a ajustes, a encuentros, a pensamientos... Cristo no es una ley que hay que aplicar, sino un amigo que nos cura, nos guía, nos ayuda. que no nos quedemos atrapados en ningún tipo de fijación, incluso en las más santas. 

Con una historia como ésta quizás quiera advertirnos contra el riesgo del espiritualismo incorpóreo: a veces hay que ser cristianos no sólo en la oración y la paciencia, sino también ensuciándonos las manos en las acciones más comprometedoras; a veces no hay que esperar un consuelo, una señal o algo de Dios, sino luchar por ser feliz, elegir, asumir por cuenta propia. Gastarse al servicio de los demás, pero también velar por los propios; confiar, pero también prestar atención; preocuparse por las intenciones, pero también por los resultados; cuidar el espíritu, pero también el cuerpo.

Fray Enrique OFM.

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