La tradición franciscana indica en 1442 se difundió la noticia de una aparición de la Virgen María en Asís, a un novicio franciscano llamado Santiago. Desde niño, tenía la costumbre de ofrecer a la Virgen una corona de rosas. Cuando ingresó a los Hermanos Menores, ya no pudo seguir su costumbre. La Virgen se le apareció para consolarlo y le indicó otra ofrenda que podía ofrecer diariamente. Le sugirió rezar cada día siete décadas de Ave Marías intercaladas con la meditación de siete misterios gozosos que ella vivió en su vida. Fray Santiago comenzó esta devoción y, estando un día en oración, el Director de Novicios lo vio con un ángel que iba tejiendo una corona de rosas, a medida que el novicio rezaba, y después de cada decena de rosas, insertaba un lirio dorado, al terminar de rezar Fray Santiago, el ángel colocó la corona sobre la cabeza del novicio. El Director le preguntó sobre el significado de la visión que había tenido, y al oír la explicación, lo contó a todos los frailes y pronto se difundió esta devoción a toda la Familia Franciscana.
Modo de rezar la Corona seráfica
+ Por la señal de la Santa Cruz
V/. Dios mío ven en mi auxilio
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
PRIMERA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad por la primera alegría que tuvo la Virgen María, cuando el Arcángel San Gabriel le anunció que ella concebiría y daría a luz al hijo de Dios.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
SEGUNDA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la segunda alegría que tuvo a Virgen María, cuando fue a visitar a su prima Santa Isabel, de quien fue reconocida y proclamada por verdadera Madre de Dios.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
TERCERA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la tercera alegría que tuvo la Virgen María, cuando dio a luz a su divino Hijo en el Portal de Belén y lo reclinó en el pesebre, en medio de dos animales.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
CUARTA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la cuarta alegría que tuvo la Virgen María, cuando vio a los Reyes Magos adorar a su divino Hijo y ofrecerles sus místicos dones.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
QUINTA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la quinta alegría que tuvo la Virgen María, cuando después de haber perdido a su divino Hijo, lo encontró en el templo de Jerusalén sentado entre los doctores, escuchándoles y preguntándoles.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
SEXTA ALEGRÍA Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la sexta alegría que tuvo la Virgen María, cuando se le apareció su divino Hijo resucitado y triunfante de la muerte y del pecado.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
SÉPTIMA ALEGRÍA
Alabemos y demos gracias a la Santísima Trinidad, por la séptima alegría que tuvo la Virgen María, cuando fue subida al cielo y coronada como Reina y Señora de todo lo creado, Madre y Abogada de los pecadores.
+ Rezar un Padre Nuestro y diez Ave María y Gloria.
V/. Dios te salve, María, hija de Dios padre
R/. Dios te salve, María, madre de Dios Hijo.
V/. Dios te salve, María, esposa de Dios Espíritu Santo.
R/. Dios te salve, María, templo y sagrario de la Santísima Trinidad.
V/. Dios te salve, María, hija señora nuestra concebida sin mancha de pecado original.
R/. María, Madre de gracia, Madre de piedad y misericordia, en la vida y en la muerte, ampárame Gran Señora.
Rezamos un padrenuestro y un avemaría por las intenciones del Papa.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía y en mi ultima agonia acompañame Madre mía. Amén
Oración
Oh Dios!, que en la gloriosa resurrección de tu Hijo has devuelto la alegría al mundo entero, concédenos por intercesión de la Virgen María poder gozar de las alegrías sin fin de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén.